La geotermia es probablemente una de las fuentes de energía más desconocidas por la población. Se trata de una energía limpia, renovable e inagotable. Es uno de los recursos importantes que nos ofrece la naturaleza y aunque tiene un gran potencial, su explotación masiva es una asignatura pendiente en la mayoría de las zonas de España.
Al igual que la energía solar y la eólica, la energía geotérmica tiene unos costes de producción y mantenimiento muy bajos en comparación con la energía nuclear, las plantas de carbón o de gas. En el caso de la energía geotérmica hablamos de un coste por megavatio generado de 0,03 – 0,06€ kWh. Aunque los costes de instalación pueden resultar elevados, el bajo coste de producción del kilovatio hace que en menos de 10 años se pueda amortizar la inversión inicial y empezar a ahorrar entre un 40 y un 60% frente a una instalación convencional.
En el caso de las Islas Canarias, al ser una zona volcánica y con importantes manantiales subterráneos de agua caliente, sería una de las zonas con mayor potencial geotérmico de España, por eso varias decenas de establecimientos turísticos ya cuentan con sus propias instalaciones de geotermia con fantásticos resultados. Otras zonas de España que pueden incorporar estos recursos por sus características geológicas son Galicia, Madrid, Navarra, Castilla y León, Cataluña o Andalucía. El reto y la oportunidad es trasladar ese éxito a las viviendas particulares.
A grandes rasgos podemos definir la geotermia como una fuente energética limpia y renovable que aprovecha el calor del subsuelo para producir agua caliente, calefacción y climatización.
Índice
¿En qué consiste la energía geotérmica?
La geotermia consiste en la producción de energía desde el subsuelo, básicamente, para calentar agua y para la climatización de una vivienda. Por su propia naturaleza es una opción muy atractiva para nuevas promociones de viviendas y casas unifamiliares. La geotermia es un guiño al planeta en la búsqueda de casas más sostenibles, que además permite un control y ahorro en los costes energéticos.
El origen de esta energía está en el aprovechamiento del calor de la Tierra. Ese calor que existe debajo de la superficie terrestre se genera gracias a la desintegración de material radioactivo. La captación y conducción de ese calor se realiza a través de una bomba que eleva la temperatura y se hace circular por tubos desarrollando procesos de convección.
Las perforaciones de acuíferos calientes, así como la inyección de agua fría mediante rocas calientes permite esa captación calorífica. Hay que apuntar que, gracias al núcleo terrestre a pocos metros del subsuelo, la tierra cuenta con una temperatura más o menos constante cercana a los 14ºC. Esta temperatura puede resultar más fría en los meses de invierno, cuando la superficie puede situarse en los 0ºC, mientras que se trata de un foco cálido en verano, cuando los termómetros alcanzan temperaturas cercanas a los 35-40ºC.
Las instalaciones geotérmicas en los hogares aprovechan el calor de la tierra para suministrar energía a los sistemas de climatización y también para regular la temperatura del agua doméstica. Es similar al sistema de aire acondicionado, pero se logra de una manera natural y con el sello ECO.
Ventajas de la geotermia
Algunos de los beneficios de la instalación de energía geotérmica en un hogar son los siguientes:
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La principal ventaja de la energía geotérmica es la reducción del coste energético. Uno de los mayores gastos de energía en los hogares se produce al tratar de generar calor, ya sea para cocinar o para mantener una cierta temperatura y confort en la vivienda. La energía geotérmica sirve para calentar y refrigerar un hogar por lo que reduce notablemente ese coste.
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Se trata de una energía limpia, renovable y prácticamente inagotable que contribuye a reducir las emisiones de CO2. Es una de las mejores opciones para viviendas unifamiliares y edificios de nueva construcción.
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El mantenimiento de las instalaciones es reducido, limitándose a un chequeo periódico en el estado de las tuberías y de la bomba. Por lo que también ahorraremos.
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Es una energía continua, que no sufrirá cortes ni interrupciones en su servicio.
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Es una energía que no se importa de otros países o de otras zonas. Se produce localmente en el lugar donde esté emplazada la vivienda, por lo que se ahorra en transporte energético.
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Una vez instalado el sistema geotérmico en una construcción y gracias a la resistencia al cambio de temperatura del subsuelo se consigue un suministro constante. No dependes de temporadas de sol o viento como sucede con la energía solar o la eólica.
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La vida útil de las instalaciones de geotermia es muy larga. Lo que contribuye en la amortización de la inversión inicial y hace atractiva la apuesta por esta opción.
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Las soluciones de climatización geotérmica requieren el uso de suelo radiante en el piso de la vivienda, ya sea piedra o cerámica. El suelo radiante consiste en un sistema de tubos que recorre las diferentes estancias, por los que circula un fluido refrigerante a una temperatura entre 20-25º dependiendo de si es verano o invierno. Así el suelo actúa como captador del calor de la vivienda y ofrece una sensación muy placentera al caminar descalzo por las distintas habitaciones de la casa.
En número de instalaciones de geotermia en las casas y viviendas españolas va recuperando la diferencia con respecto a la de otros países de nuestro entorno. El principal atractivo de este tipo de energía es el ahorro y la independencia energética que permite en los hogares. La inversión inicial se amortiza relativamente rápido gracias a un mantenimiento y un coste de producción muy bajo. Una solución limpia y prácticamente inagotable que contribuye en el cuidado del planeta con viviendas más sostenibles.
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