Como todas las semanas, este lunes se celebró la reunión ejecutiva en la sede central de GILMAR. Los consejeros comentaron que la alcaldesa de Alcobendas había compartido con ellos una iniciativa de la ‘Asociación con Ucrania’. Un grupo de niños procedentes de Ucrania, donde juegan al fútbol en diferentes categorías -creo que no hace falta explicar cómo ni por qué están en España- iban a pasar el miércoles (hoy) jugando un partido de fútbol con los chavales del equipo de Alcobendas. “¿Qué podemos hacer nosotros para alegrarles más el día?” La decisión de GILMAR fue contactar con el club Atlético de Madrid para proponer que fueran invitados a ver el partido de Champions League contra el Feyenord en el palco de autoridades del Cívitas Metropolitano. A la postre, un partidazo con remontada rojiblanca, que también hay que decirlo. Todo bajo el lema: “Gol a la esperanza“.
Lo que hizo GILMAR no es lo importante (se les invitó, además, a una magnífica merienda antes del partido), la noticia es que todos los que estaban en esa reunión recibieron un inmenso regalo: sentirse útiles en un nivel superior, inusual, formando parte de algo que va un poco más allá de la Responsabilidad Social Corporativa, mucho más allá de una acción, de un patrocinio o cualquier evento similar (que también nos llena de felicidad, está claro).
Sí, puede que esto que ha hecho GILMAR hoy tenga, además de un sentido solidario, cierta carga de egoísmo. Es posible que los que forman parte de la gran familia GILMAR sientan -una vez más- la inmensa felicidad que te regala la vida cuando haces algo por los demás. Y cuando se trata de un grupo de niños a los que las balas les han dejado sin familia, sin hogar, y sin el derecho a pensar que la vida es maravillosa… el simple hecho de poder estar con ellos unas horas es un puñetazo de absurda realidad que ayuda (suena egoísta, ¿verdad?) a no perder el verdadero sentido que tiene este ‘viaje’ que llamamos vida.
Una Administración local, un club de fútbol y GILMAR se han unido para intentar alegrarles el día a estos niños y jóvenes que intentan sonreír como antes hacían a miles de kilómetros de lo que no hace mucho era su hogar. Hoy ha sido un gran día. Por la mañana han jugado al fútbol, su pasión, contra el ‘Alcobendas’, luego han visitado el Civitas Metropolitano y se han puesto las botas merendando para luego dirigirse a un espacio reservado para ellos y disfrutar de la emoción de ver en directo un partido de Champions League que -si no lo digo, reviento- ha vuelto a inundar de épica la grada con una nueva remontada de este Atleti que nos apasiona y nos hace sufrir (en ocasiones fibrilar…) por igual.
Hay cosas que uno hace por los demás y decide no contar, como si al contarlas perdieran el valor que tiene la generosidad. Pero en esta ocasión hemos decidido compartirlo con los que, como tú, han leído hasta aquí… Por si se diera la -bendita- casualidad de que ahora seas tú el que decida que va a hacer algo por los demás. Hazlo. Verás…