La cocina suele ser el centro neurálgico de las casas y sobre todo si es una cocina abierta. En pleno s. XXI las cocinas son el epicentro de la casa: mientras uno es el chef y otro hace de pinche, puede que alguno sea impaciente y “pique” demasiado pronto los platos ya preparados y un último los acompañe sentado en la barra dando conversación. Un bullicio familiar alrededor de la cocina.
Y es que las palabras hogar, hoguera e incluso fogón hacen referencia al lugar donde, ya hace mucho tiempo, se encendía el fuego (solía ser con leña) y que en una casa era el lugar donde se ubicaba la cocina y el comedor. De hecho, hogar viene del latín focaris, derivado de focus, que es fuego en español.
A lo largo de la historia siempre se ha rendido culto al fuego, desde el imperio griego y romano y muchos pueblos indoeuropeos, hasta hoy. En cada casa solía haber un fuego encendido y las personas se reunían a su alrededor. Allí todas las familias hacían vida y por eso acabó llamándose hogar también al lugar o casa donde residimos. Hoy, con las cocinas de concepto abierto, ocurre lo mismo: una reunión alrededor del fuego.
Índice
Qué es una cocina abierta
Si ha llegado el momento de reformar y renovar la cocina, una opción para tener en cuenta es una cocina abierta, es decir, eliminar el tabique para que comparta el espacio con el comedor, el salón o incluso con una zona de paso como el pasillo.
La distribución de una cocina es muy importante, mucho más si esta es abierta. Para que sea una cocina funcional hay que separar bien las zonas.
- Zona de cocción: fuegos, horno y microondas: es una zona esencial de la cocina donde se cocinan los alimentos.
- Zona de trabajo: espacio de encimera libre suficiente para preparar el menú.
- Zona de lavado: fregadero, lavavajillas, lavadora y secadora (si no se dispone de lavadero).
- Zona de mobiliario: Además de los armarios para guardar la vajilla, la cristalería, la batería o la cubertería, es necesario pensar en tener algún rincón mobiliario alto, muy útil como despensa o en un mueble escobero para colocar productos de limpieza, el cubo, la fregona o la aspiradora.
La mayoría de las cocinas abiertas están integradas visualmente con el comedor o salón. Sin embargo, en muchas ocasiones hay un elemento diferenciador de ambas zonas. Estos son los más comunes:
- Una península o una isla: No solo son un elemento diferenciador entre dos zonas, sino que también ayudan a ampliar el espacio de trabajo (ganas una encimera) y de almacenaje.
- Una barra: La barra se puede usar para comer, pero a nivel visual es un elemento que ayuda a separar la cocina del comedor o del salón.
- Una pared o puerta corredera de cristal: delimitan los ambientes y dejan que la luz llegue a todos los rincones.
- Un doble nivel: Suele ser uno o dos escalones que separan los dos ambientes.
- Diferentes pavimentos: Solo necesitas cambiar el suelo destinado a la cocina y visualmente estarás marcando la frontera entre ambos espacios.
Entonces, ¿cocina abierta o cerrada? Para tomar esta decisión vamos a analizar las ventajas y desventajas de las cocinas abiertas. Sin olvidar que esta cuestión también está sobre la mesa en otras estancias de la casa, como en los diseños de dormitorio con baño abierto.
Ventajas de las cocinas abiertas
Amplitud, aumenta los metros sin tenerlos
Si tienes una cocina pequeña abrir la cocina te dará la sensación de mayor amplitud. Al prescindir de tabiques divisorios y homogeneizar los ambientes, las estancias parecen más grandes.
Gana luminosidad
Las cocinas abiertas suelen tener mucha más luminosidad ya que al eliminar el tabique se permite que la luz se distribuya por todos los rincones.
Mejora la ventilación
Al unificar dos espacios se generan más corrientes y la ventilación mejora. Sobre todo, cuando la cocina es interior o no tiene ventanas. Y es que cuando las cocinas se abren hacia al comedor o el salón, éstos suelen tener ventanas que permiten que el aire fluya.
Facilita la comunicación
Ya hemos dicho que la cocina suele ser el epicentro de la casa. Las cocinas abiertas facilitan este rasgo tan especial de los españoles: nos gusta comer y compartir las comidas con los nuestros. Las cocinas abiertas permiten conectarnos con otros espacios y fomentar la interacción familiar.
A la hora de recibir a familiares y amigos es mucho más cómodo. En una cocina abierta con isla, por ejemplo, los invitados se pueden colocar alrededor de ella creando un espacio colectivo donde estar todos sin molestar y sin tener la sensación de que quien cocina se queda aislado del resto.
Desventajas de las cocinas abiertas
Los olores
A la hora de cocinar es normal que los olores perfumen la casa, pero no todos son agradables. Y, aunque este motivo suele generar dudas a la hora de decidirse por una cocina abierta, también es cierto que eligiendo una buena campana extractora se soluciona el problema.
Los ruidos
Cuando tienes una cocina abierta al salón o al comedor los ruidos que se producen a la hora de cocinar (incluyendo la campana extractora), colocar en su sitio la vajilla y la batería, el lavavajillas, la lavadora, etc., pueden molestar al resto que descansa o trabaja en el salón.
El desorden salta a la vista
Por muy integrada que esté la cocina abierta, hay que ser muy disciplinado en cuanto al orden. Aunque es cierto que un buen chef deja siempre la cocina limpia y ordenada al acabar (sin importar si es abierta o cerrada), muchas veces lo dejamos para después. El problema es que si no lo haces cuando toca, el desorden de la zona de trabajo quedará a la vista. En cambio, en una cocina cerrada no queda tan a la vista.
Falta de intimidad
Si te gusta estar cocinando en tranquilidad y concentrado o tomarte un respiro disfrutando de un café con leche o un té a solas, con una cocina abierta no tendrás esa opción si el resto de la familia está en las zonas con las que conecta.
Cocinas semiabiertas, una solución intermedia
No todo tiene que ser blanco o negro. También puede ser gris. Las cocinas semiabiertas ofrecen otra opción que se queda a medio camino entre una cocina totalmente abierta u otra cerrada. ¿Cómo? Puedes crear un murete a media altura, creando un vano abierto en la parte superior, pero con zona de apoyo en la inferior. De este modo, consigues una cocina semiabierta.
Tanto si te planteas o no tener una cocina abierta tiene que ser una decisión meditada. Piensa en las necesidades de tu familia y en lo que quieres conseguir: comodidad, espacio, funcionalidad. Y no lo dudes, en Gilmar te podemos ayudar.
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