El término danés Hygge [hu-ga] se refiere a una forma de entender la vida, y sirve para expresar la sensación de felicidad que se alcanza con las cosas simples. Así que la filosofía Hygge Se trata de un concepto que cada vez está más presente en el diseño y la decoración, pero también en otras parcelas de la vida. De hecho, se puede aplicar a cualquier esfera o ámbito.
Los duros y gélidos meses de invierno y las pocas horas de presencia de luz solar durante esa época del año no son un obstáculo para que los países nórdicos copen el ranking de los países más felices del mundo en los informes que las Naciones Unidas publican anualmente. Suecia, Noruega, Islandia, Finlandia y Dinamarca se disputan año tras año la corona del país más feliz.
¿Quieres saber cuál es su secreto?
Índice
Explicando el concepto Hygge
Abordar una definición única del término Hygge no es una tarea fácil. Algunas voces danesas reclaman la particularidad del término como rasgo identitario y miran con recelo los intentos de traducción.
El origen de este vocablo está en una palabra noruega que significa bienestar. Casi de manera involuntaria la mente nos traslada a un hogar con una chimenea encendida, una manta, una copa de vino o de cerveza y un buen libro o tu película favorita. Muchos entienden así el planteamiento Hygge.
El clásico “peli y manta” como plan de viernes por la tarde podría acercarse a esa idea del placer en las cosas sencillas. Se trata de disfrutar de un rato tranquilo y agradable, siendo un buen anfitrión de las mejores veladas y planes. Tampoco hay porqué asociar la filosofía Hygge con la presencia de un clima frío. El verdadero secreto reside en encontrar la felicidad a través de las cosas simples.
Esta idea de alcanzar la felicidad en las cosas sencillas puede ser tan particular que se podría asemejar con la percepción personal de lo que es el lujo, el placer o incluso el confort. Lo que sí que establece la mentalidad Hygge es el patrón de que, el ejercicio de disfrute y la mirada introspectiva, deben partir de cosas sencillas: la textura de un jersey recién lavado, el olor a lluvia desde un porche, una partida de dominó con una copa de vino… planes reconfortantes de solo pensarlos
Trasladando la filosofía Hygge a los hogares y ciudades
El más claro exponente de la filosofía Hygge en las casas se expresa en la decoración nórdica. Viviendas decoradas con materiales nobles, donde la madera es la auténtica protagonista. Tonos blancos en muebles y paredes que ayuden a decorar las estancias y hagan que sean muy luminosas, para captar la mayor parte de la luz solar.
Pino, roble o abedul son algunas de las tonalidades de madera más claras y que mejor se ajustan al concepto de sencillez y luminosidad. El confort se consolida con pequeños elementos de color y texturas atractivas que salpiquen el hogar y transmitan un sentimiento de calor.
Una pequeña chimenea de hierro negro haciendo esquina, una alfombra acogedora que traspase la idea de calor a los pies, una manta abrigada en rojo pasión reposando en el sofá o una planta de interior que llene con su presencia la estancia. Hay muchas posibilidades para adaptar nuestra casa a la filosofía Hygge. La clave está en encontrar el equilibrio entre los elementos y no recargar innecesariamente. Para cumplir con el “menos es más” -tan importante para lograr un espacio Hygge- funcionalidad y elegancia deben combinarse y así transformar una casa, en un hogar confortable donde todo tenga sentido.
Ciudades y países Hygge
Cuando se traslada el concepto Hygge a países y ciudades, los factores que se analizan están relacionados con aspectos tan variopintos como el número de bicicletas por habitante, volumen de libros leídos por persona al año, número de horas al volante en un atasco, cantidad de lugares acogedores en el centro (entendiendo como tales teterías, cafeterías, restaurantes, talleres de cocina o de costura…), población que hace pasatiempos o juega a las cartas habitualmente, porcentaje de hogares con chimenea…etc.
Tal y como dijimos al inicio del artículo el ranking de países más Hygges lo encabezan países nórdicos como Dinamarca, Suecia, Noruega e Islandia, pero también aparecen en lo alto de la clasificación Nueva Zelanda y algunas zonas de Centroeuropa y de Norteamérica como las más ajustadas a la filosofía Hygge.
En cuanto a ciudades, la mayoría de los estudios se refieren a zonas donde hace frío y el olor a leña invita a veladas en el sillón en compañía de una buena conversación, un café, un bizcocho recién hecho o una buena lectura. Copenhague, Viena, Estocolmo, Oslo, Seattle, Portland o Boston son algunos de los ejemplos más recurrentes al hablar de las ciudades más Hygges del mundo.
Las ciudades más felices del mundo
En los países más cálidos, donde no se pasa tanto tiempo dentro de casa, más allá del concepto Hygge que se asocia a la calidez de un hogar, podemos fijar el rasero de la calidad de vida, en la felicidad de la población, como tal. Así, el Instituto de Investigación de la Felicidad sitúa a dos ciudades españolas en el Top 5 de las ciudades más felices del mundo para vivir.
Málaga ocupa la primera posición del estudio, por delante de Milán, Kuala Lumpur y la capital danesa, Copenhague que también aparece en esta lista. En quinta posición encontramos Madrid, como otra de las ciudades más felices del mundo. Todo un orgullo para nuestro país, fruto del trabajo de mejora de la habitabilidad, los servicios y la oferta cultural, deportiva y gastronómica.
Aquellas ciudades que convierten la riqueza social en beneficios y bienestar de sus ciudadanos de una manera sostenible y eficiente consiguen captar y atraer más y mejores inversiones y población.
Bienestar, confort, sencillez, compañía, Hygge, calor… sea cual sea tu filosofía de vida, es importante adaptar el hogar para poder vivir muchos momentos felices. Los nórdicos lo tienen claro con la filosofía Hygge, es con las cosas más sencillas como se consigue la máxima felicidad. ¿Te animas a probarlo?