Una vez superada la decisión de comprar una casa, y con la ayuda de un buen consultor inmobiliario habremos reducido los plazos de selección, la principal duda que nos asalta es la elección del préstamo hipotecario. Hay que buscar la hipoteca que mejor se adapte a las circunstancias personales de cada uno. Antes de leer la letra pequeña de las condiciones es necesario limitar la búsqueda de productos sobre la base de la pregunta: ¿es mejor una hipoteca fija o una hipoteca variable para la adquisición de la vivienda?

Según el Banco de España: “Un préstamo es un producto bancario que permite al cliente recibir una determinada cantidad de dinero (el denominado “capital” o “principal del préstamo”) de una entidad, con el compromiso de devolver dicha cantidad y los intereses correspondientes, habitualmente mediante pagos periódicos (las llamadas cuotas)”.

¿Quieres saber qué relación tienen la cuota, el plazo y el tipo de interés en las modalidades de hipoteca fija o variable?

Cuota y plazo de una hipoteca

La cuota de una hipoteca es la cantidad periódica que se deberá pagar al banco como pago por la cantidad financiada. Este importe, que suele ser mensual, supone la devolución del principal del préstamo más los intereses correspondientes.

Dicen los expertos que el importe de la cuota no debería superar el 30% de los ingresos mensuales, para así poder afrontar con tranquilidad otros gastos fijos e imprevistos. Cuanto mayor sea la cuota mensual, más se reducirá el plazo de devolución del préstamo.

El plazo de amortización de la hipoteca es el período, habitualmente meses, en los que tenemos que hacer frente a la cuota para esa devolución del préstamo. Cuanto más se dilate en el tiempo más baja será la cuota mensual, aunque mayor será el tipo de interés.
Para más información más allá de qué es una hipoteca fija o variable, recomendamos este artículo en el que explicamos qué es un aval bancario para alquiler.

Tipos de interés fijos y variables

El tipo de interés es un porcentaje que se aplica a la cantidad prestada y que determina la cuota a pagar a la entidad financiera. Por lo tanto, cuanto mayor sea el tipo de interés que se aplica al préstamo, mayor será la cuota mensual a pagar. Este tipo de interés puede ser fijo o variable, dando lugar a las denominadas hipotecas fijas, hipotecas variables e hipotecas mixtas.

Las hipotecas fijas siempre aplican el mismo tipo de interés y va a depender del plazo de devolución que se pacte con la entidad. A mayor plazo ya vimos que el interés suele ser más elevado y por consiguiente se elevará el importe de la cuota mensual que se tiene que satisfacer.

En cambio, en las hipotecas variables, el interés viene condicionado por un valor fijo que se suma al valor de referencia que se acuerde y que suele estar asociado al Euríbor.

Una hipoteca mixta suele tener unos primeros años de tipo fijo para después aplicar un modelo variable en la devolución del préstamo.

¿Cómo puedo saber si me interesa una hipoteca fija o una hipoteca variable?

La decisión de elegir entre una hipoteca fija o variable es muy particular y depende de la personalidad y ahorros de cada uno, aunque hay varios elementos que pueden ayudarte a decidir:

  • Las hipotecas fijas están pensadas para gente que tiene estabilidad, no tolera el riesgo económico y está dispuesta a pagar un poco más en su cuota mensual a cambio de la tranquilidad de conocer sus gastos de antemano. Supone pagar más intereses al principio y tardar un poco más en amortizar capital. Por el contrario, cuando se trata de préstamos a largo plazo, una hipoteca fija garantizará el poder adquisitivo en los últimos años del crédito.
  • Por su parte la cuota mensual de una hipoteca variable suele ser inferior a las de tipo fijo. Se ofrecen con un tipo de interés más reducido y para un plazo mayor de tiempo, pero no están exentas de riesgos. Un riesgo derivado de la incertidumbre financiera que podrá traducirse en la actualización del tipo de interés cada 6 meses teniendo en cuenta el valor del Euríbor.

En los últimos años en España han crecido los préstamos fijos (INE) en parte atraídos por clientes que buscan tranquilidad en sus gastos. Es tal el auge de los préstamos fijos que han llegado casi a emparejarse con las hipotecas variables.

Algunos agentes económicos apuntan que en los próximos años el Euríbor seguirá bajo por lo que es sensato pensar en una hipoteca variable o mixta como una alternativa que permita afrontar con cuotas más asequibles estos años. Sobre todo, si el plazo que estimas para la devolución del préstamo no es muy largo (5-10 años).

¿Qué te parece mejor para tu situación económica, una hipoteca fija o variable?