Se dice pronto, pero todos los que formamos esta gran familia llamada Gilmar tenemos entre nosotros a dos GRANDES profesionales (y mejores personas) que han celebrado recientemente sus primeros 30 años en la empresa. Se trata de Óscar Ochoa, director del departamento de Promociones; y José Manuel Zafra, director de Locales e Inversiones.
Justo después del puente de mayo de 1991, el mismo día, ambos comenzaron a trabajar en Gilmar. Como es lógico, no era la gran empresa que es ahora, pero ya era grande; y esa grandeza le venía dada por la talla de los profesionales que empezaron a configurar, a convertir la idea de dos emprendedores en una realidad que -después de más de seis lustros- se ha convertido en un modelo de seriedad y rigor profesional.
En 1992, los dos habían sido capaces de demostrar su valía comercial, pero también en otras ‘artes’ como se puede ver en esta foto:
Cuando Ochoa y Zafra llegaron a Gilmar, solo había dos equipos comerciales que se dividían la capital de España en dos zonas separadas por la calle María de Molina. Poco después, se inauguraba la oficina de Orense que dividía Madrid en Este y Oeste por el Paseo de la Castellana…
Ambos reconocen que en esta empresa se les ha permitido trabajar “en libertad, marcando sus propios objetivos y los de sus equipos. Pero hay algo más importante en lo que coinciden los dos: “aquí hemos encontrado grandes amigos. Grandes compañeros que se han convertido en familia”. Han vivido buenísimos y no tan buenos momentos, han viajado por todo el mundo (gracias a esos premios que reconocían a los mejores comerciales); ambos guardan recuerdos inolvidables de magníficos momentos, y los dos saben que todavía les queda mucho por vivir en Gilmar. Destacan que, a pesar de la lógica competitividad que subyace en un entorno tan comercial, “es digno de considerar el ‘fair play’ que existe; el compañerismo y la amistad”.
El entorno que ofrece Gilmar a empleados y colaboradores es, sin duda, el ideal para desarrollar una carrera profesional. En el ámbito empresarial en general, y en sector inmobiliario en particular, es muy difícil encontrar profesionales que permanezcan tanto tiempo en la misma empresa. La rotación es elevada. Algo tendrá esta empresa que mantiene entre sus filas a magníficos profesionales durante varios lustros.
¿Un consejo para los recién llegados a Gilmar? “Esto no es un empleo. Aquí tienes la posibilidad de trabajar con una marca y unos medios tremendos y, a partir de ahí, solo tú marcas las posibilidades que vas a tener”.
Esta semana, los dos recibieron un merecido homenaje por estos últimos 30 años de trabajo, esfuerzo, creatividad… y amistad. Además de recibir el cariño de un nutrido grupo de empleados “ya amigos”, los consejeros delegados, Manuel Marrón Fuertes y Jesús Gil Marín, les entregaron un detalle para como recuerdo de esta celebración: una réplica del bolígrafo de John Fitgerald Kennedy, edición especial que supone una referencia simbólica a la vida de una de las figuras más respetadas de la historia moderna. Enhorabuena a los dos. Sois el mejor ejemplo de lo que es Gilmar.