Son muchas las personas que en algún momento de su vida se plantean adquirir una segunda residencia. Algunos lo hacen pensando en realizar una inversión a largo plazo, un lugar para hacer escapadas esporádicas o incluso para alquilarla a terceros para hacerla más rentable. Otros optan por ello para tener un lugar cómodo y con todo lo necesario para poder disfrutar de unas vacaciones de senderismo y playa con toda la familia cada año. Y otros la perciben como una posible residencia principal en el futuro tras la ansiada jubilación. 

Pero es que contar con una segunda vivienda en la playa o la montaña también supone una oportunidad de alejarse del bullicio de la ciudad y de la vida diaria para tomarse un merecido descanso… O para vivir una aventura, todo depende de lo que busques. Sin embargo, ¿qué deberías tener en cuenta antes de tomar una decisión tan importante como esta?:

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  • Ubicación: Por supuesto, la principal decisión es elegir entre playa o montaña, pero supone mucho más que eso. Cuando hablamos de la ubicación también nos referimos a que es necesario tener en cuenta la facilidad de acceso a la zona en la que elijas adquirir tu segunda vivienda. Si las carreteras son buenas, si es posible llegar en otro tipo de transporte que no sea tu propio coche o si está demasiado lejos de tu lugar de residencia habitual.
  • Ambiente: Puede que parezca que es lo mismo que la ubicación, pero hay pequeños matices que los diferencian. Nos referimos a la tranquilidad que proporcionan los enclaves de montaña frente a los de la costa, que suelen tener una mayor afluencia de personas en temporada alta. Esto puede hacer que tu balanza se incline más hacia un destino u otro. 
  • Mantenimiento: Probablemente una de las cuestiones más fundamentales que debes tener en cuenta. El clima del lugar que elijas marcará en gran medida la necesidad de mantenimiento que tenga tu segunda vivienda. Por ejemplo, no es lo mismo el que necesita una vivienda en la costa si tenemos en cuenta los efectos negativos que puede producir la humedad mientras esta está cerrada. Por otra parte, una vivienda en la montaña, al ser este un clima más seco, es posible que tenga una menor necesidad de mantenimiento. 
  • Vida activa: No, no nos referimos a si la vivienda se encuentra en un pueblo en el que hay mucha o poca gente. Nos referimos a las opciones de actividades que ofrece el lugar que decidas elegir para adquirir tu segunda residencia y a las que más encajen con tus gustos personales. Si lo que te gusta es nadar o practicar deportes acuáticos es lógico que prefieras una casa en la cosa. Mientras tanto, si lo que quieres es desconectar, estar cerca de la naturaleza y disfrutar de largas caminatas sin duda tu destino es la montaña.

Argumentos a favor de la playa

Elegir playa o montaña puede ser difícil si estás buscando una segunda residencia. Para ayudarte a decidir si invertir en una segunda residencia en la costa o en la montaña vamos a hablarte primero de las ventajas que supondría tener una casa junto al mar.

La primera de todas puede parecer muy evidente, pero es que vivir junto a la playa es muy beneficioso para el estado de ánimo. La proximidad al mar contribuye al bienestar emocional ya que ayuda a que mente y cuerpo se relajen, bajando así los niveles de estrés y, por tanto, la ansiedad. Además, también contribuye a un descanso y un sueño de mayor calidad. Lo mismo ocurre si hablamos de la salud, y es que la cercanía del mar ayuda a reducir la tensión arterial, mejora la respiración y fortalece el sistema inmunitario

Málaga, Islas Canarias o Cádiz son las mejores opciones para una residencia junto al mar

Otra ventaja es que estar cerca del mar en ciudades como Málaga o Cádiz, te ofrece la posibilidad de disfrutar de una dieta más diversa. Piénsalo bien, en una zona costera tienes un mejor acceso a pescados y mariscos de proximidad que van directamente del mar a tu plato. Algo que, sin duda, también contribuye a la mejora de tu bienestar. 

Optar por adquirir una segunda residencia en una localidad de costa también te ofrece una mayor variedad de actividades de ocio de las podrías encontrar en la ciudad. No sólo puedes recurrir a entretenimientos tan habituales como el cine, sino que también puedes optar por un paseo a la orilla del mar o, si eres intrépido, realizar actividades acuáticas como buceo, natación o incluso paddle surf. Esto último es, sin lugar a dudas, todo un extra si además tienes niños pequeños.

Por último, comprar una segunda vivienda cerca de la playa puede ser una inversión a largo plazo. No solo te permitirá disfrutarla durante muchos años junto con tu familia, sino que, en el futuro, puede convertirse en tu residencia principal tras la jubilación. Un lugar en el que disfrutar de la tranquilidad y una vida más saludable.

Viviendas en Málaga

¿Por qué elegir la montaña?

Quizás al plantearte dónde comprar tu segunda residencia eres de los que prefiera un lugar más tranquilo, con una vida más reposada y quizás un tanto aislada. Es decir, todo lo contrario de lo que se puede encontrar en una capital de provincia. Pero, ¿qué otras ventajas puede ofrecer la montaña como lugar para tu segunda residencia?

La primera de todas es la calidad del aire, y es que no cabe duda que estar rodeado de naturaleza permite que disfrutes de un aire más limpio gracias al filtrado de la contaminación que realizan los árboles.

El interior de Andalucía, la sierra de Madrid o los pueblos del interior de las Canarias como opción de montaña

Estar rodeado de naturaleza ofrece una mayor sensación de calma. Recordemos el sentimiento innato de conexión con la naturaleza del ser humano. Reforzar esta conexión puede ayudarte a reducir tus niveles de estrés y ansiedad.

Las viviendas en las zonas de montaña suelen ser, además, más baratas que las de la costa, por lo que es algo a considerar si además quieres hacer una buena inversión. Esta ventaja nos lleva a la última de todas, y es que al tratarse de inmuebles más baratos es posible conseguir un mayor espacio por menos precio que en localidades de costa.

Pero, sobre todo, la ventaja más importante es la tranquilidad que te brindará estar alejado del barullo y las aglomeraciones.

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De la misma manera que muchas personas optan por pintar salones en dos colores cuando no se deciden entre dos tonos que se complementan y les encantan, tú puedes elegir un destino que te permita tener tanto la playa como la montaña a tu alcance.

Son muchas las provincias españolas que te permiten tener todo el atractivo de la playa combinado con el encanto de la montaña. Imagínalo, unas vacaciones de senderismo y playa al mismo tiempo. ¿Por qué no elegir una de estas provincias para encontrar tu segunda residencia?

Málaga es un buen ejemplo, con localidades como Benalmádena, próxima a la Sierra de Mijas pero a escasa distancia de la playa. Otro ejemplo de esto puede ser Marbella, donde conviven la playa y montaña por su cercanía con Sierra Blanca. Infórmate en nuestra inmobiliaria de Marbella.

Lo mismo ocurre con las islas Canarias, que al no tener una gran extensión dan la posibilidad de disfrutar en el mismo día de las mejores playas y de paisajes montañosos sobrecogedores. Si vives en una ciudad como Madrid y no quieres trasladarte muy lejos, siempre tienes la opción de buscar tu segunda residencia en algún pequeño pueblo de montaña de la sierra que tenga cerca un pantano o una playa fluvial en la que disfrutar de un baño.

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