La impecable carrera de Ricardo Bofill le ha hecho merecedor del título de uno de los arquitectos más influyentes del mundo en la actualidad. Sus edificios, auténticas obras de arte, son motivo de inspiración para la vida y la arquitectura, con formas surrealistas que se funden con las líneas de los espacios que los rodean. ¿Cuáles son las mejores obras de Ricardo Bofill?
Natural de Barcelona, la carrera de Ricardo Bofill comenzó a sus 19 años de edad, contando en la actualidad con un amplio repertorio de edificios en todo el mundo que cuenta con su firma personal. Desde Gilmar hemos analizado cada una de sus obras de arquitectura, para escoger algunas de las más admiradas a lo largo de su carrera.
¿Quieres descubrir más sobre la trayectoria del arquitecto? Estos son 6 de los edificios más icónicos de Ricardo Bofill y las características que los hacen tan especiales.
Índice
La Muralla Roja, Calpe, Alicante
Conocida a nivel mundial como ‘La Muralla Roja’, la urbanización residencial de La Manzanera en Calpe es posiblemente uno de los edificios más fotografiados en redes sociales. Llama la atención sobre todo el color rosa chicle, celeste y rojo intenso, en contraste con el azul del mar y el cielo al fondo, pero cuando nos detenemos a analizar su estructura, es cuando podemos valorar realmente el trabajo del arquitecto.
Una geometría de líneas rectas que rozan la perfección, de una sencillez analizada al detalle, que se funde con el entorno natural que lo rodea. Este pequeño espacio tomó su inspiración en los edificios de adobe de África, para lograr una estética única en el mundo.
W Hotel, Barcelona
¿Sabías que el Hotel W Barcelona es una de las mejores obras de Ricardo Bofill? A orillas del mar Mediterráneo, en la playa de la Barceloneta, es otro de los edificios más fotografiados por turistas y locales.
Tiene forma de vela de barco, con una estructura de cristal que se funde perfectamente con el reflejo azul del mar y el cielo, sencillo por fuera, pero repleto de detalles en cada una de sus habitaciones y espacios interiores.
Les Espaces d’Abraxas, Francia
Ricardo Bofill, uno de los arquitectos españoles más influyentes, cuenta con varias obras de arte en el país vecino. Una de las más impresionantes es la que encontramos en la Ville Nouvelle de Marne-la Vallée, un espacio multidisciplinar que aúna el palacio, el teatro, y un arco en el patio central, que une todos los edificios para hacerlos uno solo.
Mezcla de estilos barrocos y mediterráneos, este diseño es fruto del más puro modernismo que nos traslada directamente al mundo antiguo. Pasear por el anfiteatro de estilo griego es toda una experiencia para los visitantes, que describen este lugar con una solemnidad que quita la respiración
Palacio Aoyama, Tokio, Japón
En pleno centro de la capital nipona, encontramos otra de las mejores obras de Ricardo Bofill, culmen del arquitecto internacional. Consiste en una torre de 13 plantas, que resalta entre los edificios contiguos por su elegancia y por la estética tan diferente que presenta.
El Palacio Aoyama no es un palacio de por sí, pero podría serlo. Consiste en un edificio de viviendas y locales de lujo, así como oficinas que tienen unas vistas privilegiadas hacia la ciudad. Sobre todo destaca la belleza de su patio interior, que es como trasladarse a otro mundo totalmente diferente sin tener que salir de Tokio.
Université Mohammed VI Polytechnique, Marruecos
La estética de los edificios marroquíes es propia de la gran mayoría de obras arquitectónicas de Bofill. Uno de los edificios principales de la Universidad de Marrakech está diseñada también por el arquitecto catalán, capaz de camuflarse entre los edificios típicos del país, pero con detalles que lo hacen único.
De líneas rectas, ventanas verticales kilométricas, y patios en su interior que guardan la sombra del calor del desierto marroquí, cada uno de los detalles de este edificio está cuidado para hacerlo una auténtica obra de arte, funcional y atemporal.
La Fábrica, Barcelona
Otros edificios firmados por Ricardo Bofill y de sus mejores obras son la T1 del aeropuerto de El Prat, en Barcelona, el nuevo Teatro Nacional de Cataluña, la renovación del Camp Nou, el edificio Walden 7 y el Castillo de Kafka, ambos en Barcelona. Pero si hay uno que merece la pena destacar entre todos ellos, es el edificio que sirve de estudio para el arquitecto, conocido como La Fábrica.
Una antigua fábrica de cemento que fue reconstruida por Ricardo Bofill desde 1973, y que hoy en día alberga su principal residencia, es considerada por el propio autor como su obra brutalista que siempre estará inacabada, según nos explica el propio arquitecto.
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